“En el arte, hay que ser perseverante”
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Corrían los años 60, y en Lima surgía una artista que no encajaba con el concepto de arte de esa época: Teresa Burga (Iquitos, 1935), una mujer rebelde que solo buscaba expresar todo lo que pasaba por su mente.
Debido al trabajo de su padre llegó a Lima con tan solo un año de edad. Al terminar sus estudios secundarios, ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) a estudiar Arquitectura; sin embargo, ciclos después se dio cuenta que no era lo suyo, “comencé a estudiar y ya no me gustaba, creo que la enseñanza que nos daban en ese tiempo no estaba muy bien”.
Después de un tiempo de pensarlo, Burga decidió que lo suyo era el arte. “Un día vi en una escuela de artes plásticas a dos chicas pintando y lo vi tan fácil que me animé a matricularme”; es así que ingresó a la facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
¿Qué tan difícil fue ser una artista mujer en esa época?
Muy difícil, no te daban espacio, ser hombre era más fácil.
¿Sientes que eso ha cambiado?
Un poco, pero igual el hombre sigue teniendo más oportunidades y mejores sueldos.
¿Cómo llega al arte conceptual?
Todo comenzó con Marcel Duchamp, siempre me ha gustado su trabajo, para mí era un referente y creo que por eso mi obra tomó ese camino.
¿Qué pasó a tu regreso de Estados Unidos?
Llegué y para el gobierno militar mi arte no era peruano. Si quería vender, tenía que pintar bodegones con frutas.
Entonces, ¿qué hizo?
Era frustrante porque como yo no tengo la habilidad de acomodarme a lo que otros quieren, no tenía trabajo en ningún lado. Entonces, acepté trabajar en Aduanas.
¿Dejó de pintar?
No, salía a las 5 de la tarde y me iba a mi casa a pintar; así por 30 años. Todas mis obras se amontonaban en una caja de cartón que mi mamá quería botar.
Reconocimiento y ARCOmadrid
Después de la exposición de 1981, ‘Perfil de la mujer peruana’ (12 perfiles, basados en la mujer de los ‘80, entre 19 y 25 años), Teresa tuvo un silencio artístico de casi 30 años, el mismo que fue interrumpido en el 2009 por Miguel López y Emilio Tarazona, talentosos curadores que buscaban el resurgimiento del arte conceptual de los 60 en adelante, y contactaron con la artista para mostrarle su trabajo a las nuevas generaciones.
La exposición se llevó a cabo en el ICPNA de Miraflores y San Miguel, y se tituló ‘Teresa Burga. Informes. Esquemas. Intervalos. 17.9.10’. Después de esta presentación, Teresa llevó su arte a países como Alemania, Argentina, Turquía, Estados Unidos y Suiza, entre otros.
¿Cómo se siente al ver que, después de 30 años de trabajo oculto, por fin se valore su trabajo?
Francamente, nunca me fastidió que no me dieran galería, yo siempre he pintado. En el arte, hay que ser perseverante. Un artista tiene que ser un obrero y creer en lo que hace.
¿Cree que fue esa terquedad la que la ayudó a no rendirse?
Sí, mucha gente me dijo que no era artista porque no tengo la sensibilidad ni la sensualidad que se requiere, todo porque a mí no me gustaba el óleo, yo pinto en acrílico.
Ahora se viene ARCOmadrid, ¿qué expectativas tiene?
Me parece una buena ventana. Siento que el Estado peruano está reconociendo mi trabajo después de tantos años. Siempre fue en el extranjero que valoraban mi trabajo y ahora iré en la delegación oficial de Perú, mostrando más de 50 años de trabajo.
¿Cómo le gustaría ser recordada?
Como una buena trabajadora.
Dato
ARCOmadrid se realizará del 27 de febrero al 3 de marzo.
Las obras de Teresa Burga se presentarán en la galería alemana Barbara Thumm
Entérate más en: www.arcoperu.pe