“Wiñaypacha”, primera película en aymara que conquistará al público
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Oscar Catacora, es el cineasta peruano que estrenará el primer cortometraje en lengua aymara titulado Wiñaypacha, que traducido al español significa Eternidad. Nacido en la ciudad altiplánica de Puno, el director transmite en la película la historia de dos ancianos abandonados por sus hijos, quienes viven con la esperanza de ser visitados alguna vez.
Wiñaypacha, fue filmada a 5000 m s.n.m. en el nevado Allincapac, perteneciente al distrito de Macusani, en el norte de Puno. “Al productor, Tito Catacora, que siempre me ha motivado y ayudado, le dije: necesito un nevado", manifiesta el cineasta en una entrevista con diario El País. Contando además, el dolor que sentía todo el equipo de producción por el deshielo constante del nevado. Sintiendo la indignación de los pobladores, quienes escuchan a diario sonidos muy parecidos a bombas, debido a las explosiones del hielo.
Historia detrás del film
Oscar Catacora, cuenta que la película está inspirada en su historia. Él narra, que vivió en carne propia el sufrimiento de sus abuelos, quienes fueron abandonados por sus hijos, en este caso por los padres y tíos de Catacora. El cineasta recuerda, que a los siete años, fue llevado a vivir con sus abuelos, con quienes aprendió la lengua aymara.
“Mi padre sobre todo no quería que aprenda, por ese estigma de que no es bueno para evitar que el niño tenga el mote (la forma de hablar español de un indígena). Pero mi madre sentía esa necesidad de que aprendiera. Convivir con mis abuelos fue etapa crucial en mi vida, en tres o cuatro meses empecé a comunicarme con mi abuela, al inicio era solo con señas. De regreso a casa, la primera vez, mi madre me dijo que había vuelto como un aymara”, señala Oscar Catacora.
Acerca de la grabación
Al tener protagonistas aymara-hablantes de 80 años de edad, Cotora, tuvo que contar con un equipo de producción que dominara la misma lengua. La costumbre andina muestra a los ancianos como hombres respetados, donde la comunicación con los más jóvenes no podrá ser dada de manera horizontal, ante esta tradición Catora contrató a un aymara de 50 años que se desempeñó como director e intermediario con los actores.
“Hay un aspecto cultural de respeto: solo los mayores pueden hablar, los jóvenes no se meten. No es fácil que una persona de 29 interactúe con otra de 80. También fue un reto explicarles qué iban a hacer, porque el término cine no existe para ellos, ni actuar, no han visto nunca una película”, detalla el cineasta.
El film que tuvo una duración de cinco semanas a 5000 metros sobre el nivel del mar, será proyectado en la sección Hecho en Perú, compitiendo contra El Abuelo, Los ojos del camino, Nada queda sino nuestra ternura, Deliciosa fruta y Pacificum: el retorno al océano, para los premios del Ministerio de Cultura.