Alvaro Delgado-Aparicio, director de Retablo: “Gracias al film, todos quieren conocer Ayacucho”
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Cuando Alvaro Delgado empezó a escribir el guion para Retablo, por el 2014, no imaginó que se convertiría en la película peruana más galardonada de los últimos tiempos; a la fecha suma 40 reconocimientos. “Cuando arrancamos este viaje, nuestra meta era entrar a un buen festival y que la película llegue al mundo. Estrenar mundialmente en el festival de Berlín fue un sueño hecho realidad”, sostiene Delgado.
Retablo, grabada íntegramente en quechua, en los bellos escenarios de la sierra de Ayacucho, centra su historia en el amor entre un padre y su hijo. Su protagonista es Segundo Páucar, un adolescente de 14 años que es entrenado por su progenitor en el arte del retablo. Un día, él observa a su padre en un acto que hace que todo su mundo se derrumbe.
“Lo he dicho siempre, para mí Retablo es una historia de amor, una historia sobre lo complicado que es la tolerancia. Sobre la diversidad y lo difícil que es aceptarla. Pero también es una historia entre lo complejo y la modernidad y cómo estas dos fuerzas pueden convivir”, sostiene el cineasta, quien cuenta con una maestría en Psicología Organizacional.
¿Cómo surge la idea de este guion?
Cuando arrancamos este proyecto, habían 3 cosas claves que queríamos desarrollar. La primera es cuando estás en una relación compleja familiar y te quieres liberar, pero la dependencia es más fuerte y te quedas, ¿cómo manejas ese conflicto?, era una pregunta que nos llamaba mucho la atención. La segunda es la idealización de los padres que no termina siendo como te lo imaginaste, cómo lidias con eso, esa era otra interrogante que queríamos explorar. Y personalmente, tenía una fascinación con los retablos desde hace mucho tiempo porque siempre los he visto como portales de vida que te llevan de un lugar a otro.
Pasión por los retablos
Si hay algo que le gusta a Alvaro, más allá del cine, son los retablos. Tanto es su afinidad con esta pieza de arte que viajó a Ayacucho para conocer a fondo la historia y desarrollo de la misma. “Hace 15 años conocí a un maestro retablista que me dijo: ‘entre tú y yo no hay mucha diferencia, tú tienes una cámara en tu mano, y yo la tengo insertada en mi cabeza, entonces cuando veo algo en Ayacucho, trato de captarlo a la perfección’. Eso es algo muy interesante porque el cine no es solo una manera de proyectar imágenes, también es una forma de reparar imágenes. Eso nos sirvió como metáfora para construir Retablo”.
¿Por qué este guion como tu primera película? Porque tienes otros guiones ya escritos…
Escogimos Retablo porque en ese momento era lo que más nos movía. Había una urgencia en contar esta historia.
¿Qué sientes que tu primera película sea una de las más premiadas de la última década?
Cuando recibimos la noticia de que habíamos entrados al festival de Berlín, no podíamos más de la felicidad. Después empezó a abrir sus propias ventanas y comenzó a tener su propia fuerza e ir a todos los continentes del mundo. Es un orgullo y una gran felicidad cuando ves audiencias de otras realidades poder conectarse con nuestra historia. Hay una responsabilidad en nosotros en tratar de exportar esas historias, es una gran contribución que tenemos que seguir haciendo para el país.
¿A qué crees que se deba el éxito y reconocimiento que está recibiendo?
Esta historia no solamente ocurre en los rincones de Ayacucho, sino que pasa en todo el mundo, por eso creo que es una historia universal donde siento que muchas audiencias en tantos países han podido conectar con esta historia. Además, si confías en tu idea y si tu equipo da su vida por el proyecto, va a salir suficientemente bien.
Ayacucho, el origen de todo
Para nadie es un secreto que el retablo tiene su origen en Ayacucho y que, para poder aprender este arte, el conocimiento debe ser transmitido por un maestro retablista. Es así que, para trabajar en una película que tenía esta expresión artística como parte importante de la trama, no había una locación mejor que la región andina. “Ayacucho jugó un rol importante en el desarrollo de la historia. Tanto así que, gracias a esta película, ahora todos quieren venir a Ayacucho para conocer los lugares donde se grabó”.
“Fue decisión unánime, queríamos que la historia se concentre en esa geografía. Adicionalmente, la puesta en escena de la ciudad y de los lugares remotos te da muchos atributos visuales que tienen que ver con el retablo, por eso también los escogimos. Comenzamos a ver los lugares fuera de Huamanga. Queríamos representar dos dimensiones: una que te refleje el mundo de Ayacucho, pero por otro lado que se pueda empatar como si fuera un retablo”, señala.
¿Qué te llevo a realizarla en quechua?
Inicialmente iba a ser en español y cuando estábamos allá (Ayacucho) comenzamos a ensayar con los actores. Magaly (Solier) era la que insistía para hacerla en quechua y me pareció interesante; un día les propuse a mis 3 actores principales: ¿Por qué no la hacemos en quechua? Y fue algo mágico, era como si vendría del corazón, de lo real. De ahí fui a hablar con mi productora para hacer la película en quechua.
¿Había otros finales para la película?
Cuando arrancamos el proyecto a nivel de narración visual, lo único que tenía claro era cómo iba a terminar la película, siempre tenía la imagen de que el personaje iba a salir de un taller mismo retablo y la audiencia se iba a quedar adentro porque ahora tenemos que hacer nuestro propio viaje.
El dato
Entre los premios que ha conseguido Retablo, destacan el premio a Mejor Ópera Prima en los Teddy Awards, reconocimiento otorgado por un jurado independiente a largometrajes que desarrollan temas LGTB. Además, ha triunfado en los festivales de cine en Toronto, New York, Bilbao, Madrid, Sidney, Suiza, Suecia, Vancouver, Chicago, China, La Habana, Ucrania, Houston, entre otros. Así como dos nominaciones: Mejor película extranjera en los Independent Spirit Awards, y Mejor ópera prima en los Premios Bafta, considerados los Óscar británicos.