Mantos Paracas vuelven al Perú, ¿Cómo hace el Perú para recuperar su patrimonio cultural?
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Es la tercera fase de la repatriación de 130 textiles Paracas de más de 2000 años de antigüedad, por parte del Reino de Suecia. Los fardos funerarios formaban parte de la Colección Karell, donados a Suecia en los años 30.
El Perú continúa recuperando su Patrimonio Cultural. Telas, unkus, mantos, cintas, bandas, esclavinas, turbantes y fragmentos textiles de notable elaboración y diseños decorativos de la Cultura Paracas están siendo devueltos por el Reino de Suecia a nuestro país, tras casi 90 años. Se trata de 57 piezas de la Colección Karell.
La colección de textiles polícromos de más de 2000 años de antigüedad se encontraba en el Museo de las Culturas del Mundo en Gotemburgo. Estos muestran la magistral artesanía textil de la Sociedad Paracas, que dominó el sur del Perú entre los años 900 a.C y el 200 d.C y a lo largo de su Historia produjo uno de los artes textiles más finos, bellos y sofisticados del mundo.
Así, el Perú ha completado la entrega del tercer y último lote de textiles, que empezó en 2008, cuando el entonces Instituto Nacional de Cultura -hoy Ministerio de Cultura- inició las gestiones. Para este fin, se formó la Comisión Nacional para la protección y recuperación de los bienes muebles integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación. Esta repatriación es un paso importante en la construcción de nuestra identidad nacional.
UN SIGLO DESDE EL DESCUBRIMIENTO
La Cultura Paracas fue descubierta por el célebre arqueólogo Julio César Tello en los años 20 del siglo XX, mientras exploraba la Península de Paracas. Estos textiles, específicamente, provienen de la Necrópolis Wari-Kayán, que contenía 429 fardos funerarios y todo tipo de piezas textiles, estudiados por el arqueólogo a partir de 1927.
Estas piezas serían luego exportadas irregularmente del Perú aproximadamente entre 1930 y 1933, y luego entregadas como donación anónima al Departamento de Etnología del entonces Museo de Gotemburgo. Con el nuevo siglo, en el 2008, funcionarios del nuevo Ministerio de Cultura, visitaron la exposición “Paracas: Un Mundo Robado” en Gotemburgo. Ese mismo año iniciaron las investigaciones que llevaron al proceso de recuperación, por mutuo acuerdo entre ambos países.
Los textiles de la Colección Karell serán devueltos al nuevo Museo Nacional de Arqueología (MUNA), donde sus expertos continuarán con el desarrollo de planes para su conservación, investigación, custodia y difusión.
PATRIMONIO REPATRIADO
El retorno al Perú de textiles Paracas se encuentra dentro de un contexto más grande de repatriaciones. Desde 2012, el Ministerio de Cultura ha reforzado las gestiones para la recuperación de su patrimonio cultural robado y exportado ilícitamente.
El Patrimonio del Perú ha estado expuesto al irreparable daño que significa el tráfico ilícito de bienes culturales, incluso cuando en 1822 el gobierno peruano emitió un Decreto Supremo que prohibía la exportación de los objetos considerados Patrimonio Cultural de la Nación.
Así, en estrecha cooperación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Cultura ha logrado la repatriación de más de cinco mil bienes culturales en países como Alemania, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Suiza, Australia, Brasil, Egipto, Reino Unido, México, Rusia, Bolivia, Italia, Argentina y Dinamarca.
Algunos ejemplos emblemáticos incluyen la repatriación en 2018 de 1,700 piezas arqueológicas y de arte que se encontraban en nueve países distintos. El canciller peruano de entonces, manifestó su deseo de que estas piezas se exhiban en el Museo Nacional de Arqueología, durante el bicentenario.
"Vamos a mostrar en términos muy concretos nuestra identidad, que es milenaria, multicultural y multiétnica", señaló el representante de la cancillería en aquella ocasión, a la vez que recordó que nuestro país ha logrado recuperar, desde 2004, más de 10.000 bienes culturales que habían caído en manos del tráfico ilegal.
De la misma manera, en 2019, 4,849 piezas de Machupicchu fueron repatriadas desde la Universidad de Yale, en Estados Unidos. Las piezas formaban parte de tres entregas de más de 46,000 piezas de la colección de Machupicchu, pertenecientes a las extraídas de las excavaciones del explorador estadounidense Hiram Bingham durante los años 1911 y 1912.