Los artesanos se reinventan: el mundo digital como su nueva vitrina
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Los nuevos tiempos apenas comienzan. La emergencia sanitaria que afronta el Perú ha generado que varias actividades y proyectos culturales se transformen en propuestas innovadoras. Para los artesanos del Perú, esta situación no es ajena. Sin embargo, como bien reza una frase: las crisis también traen oportunidades para reinventarse; así, ellos han encontrado una nueva forma de seguir difundiendo su arte y sus conocimientos ancestrales.
Rubén Baldeón, representante de la asociación civil Pueblos Artesanos, explica que, pese a las reestructuraciones que ha sufrido el Perú desde mediados de marzo, fecha en la que el presidente Martín Vizcarra ordenó la inmovilización social, los artesanos no han dejado de producir, ya que sus talleres están ubicados dentro de su hogar.
Sin embargo, la suspensión de feriados y exposiciones –principal punto de actividad para los artesanos– los ha llevado a replantear su manera de exhibir sus productos. Las redes sociales son ahora su nueva ventana. “Esto no va a pasar en pocos meses, tenemos que aprender a vivir con ello. La situación nos ha dado un gran empujón al mundo virtual. No habrá un punto de venta importante para el artesano a nivel nacional y entonces necesariamente tenemos que incursionar a tener más presencia virtual. ¿Es posible vender y promover nuestros productos? ¡Claro que es posible!”, cuenta Baldeón.
Nuevas propuestas
El representante de Pueblos Artesanos pone de ejemplo –con mucha ilusión– el caso de la familia de Olinda Silvano, artesana de la Comunidad de Cantagallo. La artista textil, que conforma el núcleo de emprendedores asesorados por la organización, ha empezado junto a Ronin, su hijo, a ejecutar talleres explicativos mediantes las redes sociales. Hasta el momento, las dos sesiones presentadas han dado grandes frutos.
“Los artesanos se han reinventado. Ronin, hijo de Olinda, una de nuestras representantes de Cantagallo, le propuso a su madre organizar un taller virtual de bordado Shipibo- Konibo con un costo de S/ 100. Postearon la convocatoria y se sumaron 17 personas, lo cual significó un ingreso para ellos. A la siguiente convocatoria, se sumaron 20 personas. Las ganancias crecieron. Ahora, en dos semanas, estamos por lanzar un tercer taller junto a ellos”, revela.
Basado en esta experiencia, Baldeón, junto a su equipo, viene trabajando hace tres semanas en nuevas –y atractivas– propuestas para que más emprendedores se sumen a la iniciativa de la familia de Olinda. Asimismo, resaltó la importancia de involucrar a los artesanos –muchos de ellos, adultos mayores– con las oportunidades que ofrece la tecnología. “Esta es una oportunidad para promover el trabajo en el núcleo familiar. Los familiares que sean más entendidos con las herramientas digitales deben trabajar en conjunto con el artesano y proponerle, al igual que el hijo de Olinda, nuevas opciones para difundir sus productos”, añade.
Sobre Pueblos Artesanos
La iniciativa nació hace algunos años, junto con la creación de la Ley del Artesano, a fin de poder encontrar un puente más seguro –y efectivo– entre los productores y compradores. “El movimiento que es Pueblos Artesanos se constituyó como tal en el 2010. En coordinación público-privada, se ha conseguido que, a través de la articulación de la ley, los artesanos tengan mayor visibilización en el mercado nacional”, dice Rubén.
Este espacio recibe a todo aquel artesano que desee mejorar la vitrina de sus productos, y con ello aumentar sus ventas y generar un aporte para su canasta familiar. Rubén cuenta que ellos reciben a emprendedores que vienen de diferentes partes de las tres regiones del Perú. Uno de sus trabajos más recientes fue a fines del año pasado, cuando brindaron consultoría a comunidades de la Amazonía y del Bajo Urubamba. Ahora lo harán, también, desde las redes sociales.