Gianna Velarde: “Rendirse no es una opción”
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Limeña de nacimiento, Gianna es una de las 6 mujeres que corre este Dakar en la categoría de motos; y junto a Fernanda Kanno, son las únicas peruanas que nos representan.
Fuerte, decidida, valiente y audaz, son algunas de las virtudes que resaltan de Gianna Velarde, la primera mujer peruana que corre el Rally Dakar 2019 en la categoría de motos.
Con solo 24 años son muchos los retos que ha enfrentado, y ahora está metida en la más importante de su corta, pero fructífera carrera deportiva: terminar el Rally Dakar 2019.
Marca Perú conversó con ella dos días antes de su gran partida. Nos contó su preparación para esta carrera, de dónde nace este inquebrantable amor por las motos y sus planes para después del Dakar.
¿Cómo nace tu amor por las motos?
Todo empezó cuando tenía 15 años, mi papá me metió en el mundo de las motos con la idea de regalarme una filosofía de vida.
¿Qué sientes cuando te subes a una moto?
La moto para mí es libertad, fuerza, independencia, pero, sobre todo, es acostumbrarse a estar solo con la persona más peligrosa para uno mismo, que es uno mismo.
De todos los lugares a los que has ido en moto, ¿cuál te ha gustado más?
La selva, me encanta la lluvia. Moyobamba es mi segundo hogar. Siempre que voy al siguiente día ya se me pega el acento (risas).
¿Cómo así te animaste a correr el Dakar 2019?
En el 2017 dije que correría de aquí a 3 años, pero también se informó que el Dakar sería 100% peruano y pensé cómo no correrlo si la carrera entera será en mi país. Es como que la oportunidad hubiera llegado a mí y tengo claro que las oportunidades no llegan dos veces y por eso aquí estoy.
¿Cómo ha sido tu preparación para el Dakar?
Estoy preparándome desde hace seis meses. En la parte física, he ganado 4 kilos con el objetivo de poder cargar la moto (que pesa 150 kilos). He estado muchas horas sobre la moto, en lo que es navegación y lo que es manejo, y también he trabajado el tema psicológico que en este tipo de carreras es importantísimo.
¿Cuál es tu objetivo para este Dakar?
Llegar a la meta, para mí ganar es terminarlo. No quiero regresar con lesiones ni llegar a Lima e ir de frente al quirófano.
Eres la primera mujer peruana que correrá el Dakar en la categoría de motos, ¿cómo manejas esa presión?
No es un título que he asimilado, simplemente estoy viviendo todo lo que está pasando ahorita, estoy muy emocionada, pero con la cabeza fría de que ya se viene lo realmente duro, no hay Dakar color de rosa.
¿Qué te pareció la idea de que sea 100% en Perú?
Es increíble porque Perú tiene muchos paisajes; es hermoso por donde lo veas, y también es difícil. Es maravilloso que sea aquí y que la gente pueda apreciar las dunas, desiertos, la comida; es una oportunidad que no podemos desaprovechar al nivel de Marca Perú, los ojos del mundo están sobre nuestro país.
¿Qué viene después del Dakar?
Me gustaría hacer conferencias sobre mi experiencia en el Dakar y que puedan aprender algo sin necesidad de vivirlo. Estoy apuntando a correr las 6 Horas Peruanas en carro y después me encantaría ir a correr un Ruta 40.
¿Piensas participar en el Dakar 2020?
Aún no lo sé, porque no sé sabe si será en Sudamérica. Prefiero no especular, cuando llegue el momento, lo analizaré.
En una de tus entrevistas leí que tu sueño no es ganar el Dakar. ¿Cuáles son tus sueños?
Mi sueño es que a todos le gusten las motos y lo vean como yo: un vehículo fácil de manejar, divertido y amigable con el medio ambiente. Por eso tengo una escuela de manejo, quiero transmitir mi amor por las motos.
Sé que tienes un tatuaje de una pantera, ¿a qué se debe?, ¿te sientes relacionada con este animal?
La pantera es el animal con el que me identifico y la tengo tatuada porque quiero recordarme quién soy realmente.
Y, ¿quién eres realmente?
Soy una chica sencilla que le encantan los retos. Si veo algo fácil, me alejo.
¿Qué dirías a las mujeres peruanas que quieren, pero no se animan a subirse a una moto?
A veces el mundo se te pone en contra, pero es en ese momento cuando tienes que ser más fuerte y no puedes darte por vencido. Rendirse no es una opción, para mí nunca lo fue y nunca lo será.