La Casa Nacional de Moneda cumple 456 años acuñando las riquezas del Perú
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Desde tiempos de la colonia, la Casa Nacional de Moneda de Lima (CNM) se ha encargado de acuñar las monedas de circulación nacional, primero durante el Virreinato y luego, en adelante, durante la República. Una de las instituciones más antiguas de nuestro país cumple 456 años. Celebramos recordando su historia.
Corría el año 1565. Desde hacía tres décadas que las riquezas de oro y plata del Perú llegaban por toneladas al Imperio Español. Por ese entonces, una acuñación rudimentaria llamada “peso ensayado” de oro servía para grandes transacciones, pero no eran eficientes para operaciones y negocios de menor tamaño.
Desde mediados del siglo XVI, la corona había comprendido la importancia de acuñar monedas en sus colonias. Un mayor beneficio económico y un mejor control sobre sus súbditos eran sinónimos de que habían llegado para quedarse. De hecho, en abril de 1561, el entonces virrey del Perú, Diego López de Zúñiga, conde de Nieva, había remitido una carta al rey Felipe II, solicitando autorización para establecer una Casa de Moneda, indicando las razones que justificaban su pedido.
Esta carta fue respondida el 21 de agosto de 1565, a través de una Real Cédula en la ciudad de Segovia, ordenando la acuñación en plata y creando, en efecto, la Casa Nacional de la Moneda de Lima. Los trabajos se iniciaron tres años más tarde en uno de los locales de las ?Cajas Reales, ubicado en una esquina de lo que hoy en día es Palacio de Gobierno, frente a la Estación Desamparados.
UNA ÉPOCA, MUCHAS MONEDAS
La moneda es una herramienta muy útil a la hora de estandarizar las transacciones comerciales. Es la razón por la cual no existe una moneda distinta en Lima, Arequipa y Cusco, dado que las operaciones de compra y venta serían muy complicadas debido al tipo de cambio. En el siglo XVI, la situación era caótica, cada tipo de moneda tenía pesos y leyes distintas que las regían. Esto afectaba seriamente la estabilidad política y económica del nuevo virreinato.
Así, la Casa Nacional de Moneda de Lima tuvo un inicio accidentado, con clausuras en más de una ocasión, hasta que el Rey Carlos II estableció su ubicación final en la esquina de los Jirones Paruro y Junín, mediante una Real Cédula el 6 de enero de 1683. La casa pertenecía al entonces Virrey Melchor de Navarro y Rocaful, duque de la Palata.
Una vez establecida su ubicación, la acuñación pasó de hacerse a golpes de martillo sobre un yunque, lo que dejaba bordes irregulares y no perfectamente circulares en piezas llamadas Macuquinas, a hacerse en procesos cada vez más industriales que usaban el poder del río Rímac para trabajar el metal. Y así fue hasta el año 1746, cuando el Terremoto de Lima destruyó el local, que fue reconstruido hacia 1750.
UNA NUEVA ACUÑACIÓN
La reconstrucción incluyó un molino y tres volantes, que permitieron acuñar las primeras monedas de oro de cordoncillo, con denominaciones de ocho, cuatro, dos y un Escudo, a las que se les conoce como Peluconas, ya que en el anverso llevaban el perfil de Fernando VI luciendo una larga peluca.
En aquella Casa Nacional de Moneda se acuñaron también las llamadas Columnarias, monedas de cordoncillo que incluían el escudo de armas de España: las Columnas de Hércules, con la leyenda “Plus Ultra”, que simbolizaban la unidad y la fuerza del Imperio Español.
Hasta entonces, en las monedas españolas había aparecido la leyenda “Non Plus Ultra”, en referencia al límite del poder español hasta los confines del mar Mediterráneo. Pero la conquista de América confirmó el dominio ultramarino de España.
DE LA REPÚBLICA EN ADELANTE
Desde su creación en 1565 hasta 1821 la Casa Nacional de Moneda fue una institución de la Corona Española. Pero con la declaración de la Independencia, el Virrey La Serna se llevó la maquinaria en su huída de Lima. Así, el Libertador José de San Martín incorporó esta institución al nuevo gobierno, nombrando a Don José de Boque como su primer Director General.
En 1830 fue expedido el primer Reglamento de la Casa Nacional de Moneda, que estableció su Alta Dirección como parte del Ministerio de Hacienda hasta 1922 cuando fue fundado el Banco Central de Reserva del Perú. Sin embargo, parte de las monedas continuaron siendo producidas en la Casa Nacional de Moneda.
Así, por Decreto Supremo en 1942, el Banco Central de Reserva quedó autorizado para invertir en las nuevas maquinarias para la Casa Nacional de Moneda. Y al año siguiente asumió su administración en lugar del Ministerio de Hacienda. A partir de octubre de 1977 la Casa Nacional de Moneda pasó a constituir una dependencia del Banco Central de Reserva del Perú.
La Casa Nacional de Moneda de Lima es heredera de una grandiosa tradición; su historia nos revela una vida íntimamente ligada a las circunstancias político económicas del país. Grandes artistas grabadores y acuñadores han enriquecido su producción, que hoy en día se manifiesta en la calidad y belleza de las monedas y medallas que produce.
Para mayor información sobre la historia y funciones de la Casa Nacional de Moneda de Lima, puedes visitar su sitio oficial aquí.