Cusco, Lima y Arequipa: Los 3 centros históricos de Perú considerados Patrimonio de la Humanidad
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Perú, tierra de una rica herencia cultural y arquitectónica, guarda tres centros históricos que han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Estos sitios emblemáticos no solo son testigos vivientes de la historia del país, sino que también representan un legado invaluable para la cultura del mundo.
Aquí te contamos cuáles son esos históricos espacios y por qué han sido merecedores de tan importante distinción.
1. Centro Histórico de Lima:
La capital de Perú, Lima, posee uno de los centros históricos más impresionantes de América Latina. Fue el centro neurálgico del poder colonial español en la región. Su centro histórico conserva numerosos edificios de estilo colonial, como la Catedral de Lima, el Palacio Arzobispal y la Iglesia de San Francisco, centros que guardan valiosas obras de arte y reliquias históricas. La Plaza de Armas de Lima recibió el sello de Patrimonio Cultural del Perú en 1972. Y en 1991, la UNESCO le otorgó el estatus de Patrimonio de la Humanidad.
Antes de la fundación de la Plaza de Armas de Lima por Francisco Pizarro en 1535, el espacio geográfico era de dominio del curaca inca Taulichusco, quien vigilaba desde ahí el valle y su organización socioeconómica. Actualmente, muy cerca de la plaza, en el pasaje Santa Rosa, se ubica una roca o huanca andina, en honor al denominado “último curaca de Lima”, este es un interesante punto de partida para recorrer el casco histórico y conocer sobre la herencia prehispánica de la ciudad y el mundo moderno.
La Plaza Mayor, cuenta con una mixtura de edificaciones que responde a diferentes épocas, entre las cuales predomina el estilo neocolonial. Uno de sus elementos más antiguos es la pileta que data de 1651, adornada con leones y bestias mitológicas y coronada con el Ángel de la fama.
Fotografía: Shutterstock
2. Centro Histórico de Cusco:
Situada en el corazón de los Andes peruanos, esta ciudad fue el centro urbano de la civilización Inka, complejo con funciones religiosas y administrativas. Cusco fue la ciudad más importante del Imperio Inka y sirvió como centro religioso, político y cultural. Al llegar a Cusco, durante el siglo XVI, los conquistadores españoles conservaron su estructura, pero construyeron iglesias y palacios sobre los cimientoss de los templos y monumentos de la ciudad incaica.
Su centro histórico está repleto de impresionantes edificaciones inkas y edificios coloniales, como el Templo del Sol (Qorikancha) y la Iglesia de Santo Domingo, que fue construida sobre el palacio inka de Wiracocha.
El Centro Histórico de Cusco fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la UNESCO debido a su excepcional valor cultural y su importancia como testimonio de la civilización inca y la conquista española en América.
Una de las curiosidades más destacadas del Cusco es su ingeniería arquitectónica incaica, que desafía la lógica y la comprensión moderna, como la famosa Piedra de los 12 Ángulos, que se encuentra en el casco histórico, en las paredes de una calle estrecha. Esta piedra es famosa por tener una forma tan precisa que encaja perfectamente con las demás, un ejemplo asombroso de la habilidad y precisión de los antiguos constructores incas.
Fotografía: Shutterstock
3. Centro Histórico de Arequipa:
Arequipa, conocida como la "Ciudad Blanca" debido a sus edificios construidos con sillar, una roca volcánica blanca, es otra joya del patrimonio peruano. Su centro histórico cuenta con magníficas iglesias barrocas, como la Basílica Catedral de Arequipa y la Iglesia de la Compañía, así como elegantes mansiones coloniales.
La UNESCO reconoció el Centro Histórico de Arequipa como Patrimonio de la Humanidad en el año 2000 debido a su destacada arquitectura colonial y su integración armoniosa con el entorno natural. Arequipa es un ejemplo de cómo la arquitectura colonial se adaptó a las condiciones sísmicas de la región.
Un ejemplo de edificación que ha resistido los siglos y los sismos, es el Convento Santa Catalina, a modo de ciudadela colonial destaca por su construcción con sillar de colores y que cuenta la historia de la vida de las monjas de claustro que habitaron ese espacio en el siglo XVI.
Además, la Mansión del Fundador, una casa colonial que fue construida en el siglo XVI por el fundador de la ciudad, Manuel García de Carbajal. Este edificio, hoy funciona como museo, ofrece a los visitantes una visión única de la vida aristocrática en la época colonial, con sus lujosos muebles y decoraciones originales.
Otra curiosidad es la presencia del Tuturutu en la pileta de la Plaza Mayor, una pieza de metal que representa a un personaje que toca una trompeta y pareciera demostrar una actitud alerta y de protección.
Fotografía: Shutterstock