Día de las Montañas: Conoce las 5 cumbres más deslumbrantes de Perú
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Guardianas de historias, espiritualidad y belleza natural, estas montañas son joyas naturales que debemos atesorar.
Bendecido con una geografía y biodiversidad excepcionales, Perú cuenta con montañas que no solo destacan por su altura, sino también por su belleza y profunda conexión cultural, ya que muchas de ellas son consideradas sagradas para las comunidades andinas.
Ya sea por su altitud, belleza o profundo arraigo ancestral, a continuación presentamos diversas montañas que destacan en Perú y que también son conocidas por las experiencias únicas que brindan a quienes las visitan.
Huascarán: El techo de Perú
Ubicado en el Parque Nacional Huascarán, en la región de Áncash, el Huascarán es la montaña más alta del Perú, alcanzando una altura de 6,768 metros sobre el nivel del mar. Esta imponente montaña forma parte de la Cordillera Blanca, la cadena montañosa tropical más alta del mundo.
El Huascarán atrae a montañistas y aventureros de todo el mundo y también es el hogar de una gran biodiversidad. Su glaciar y ecosistema de alta montaña están habitados por especies únicas, como el oso de anteojos y el cóndor andino.
Subir el Huascarán es un desafío a todo nivel, ya que la altitud y las condiciones requieren una intensa preparación física. Sin embargo, la belleza del parque, los 102 destinos de escalada y los 25 circuitos de trekking permiten a los visitantes disfrutar de las espectaculares vistas y glaciares sin la necesidad de alcanzar la cumbre.
Nevado Huascarán, Yungay | Fuente: Daniel Silva / PROMPERÚ
Ausangate: El imponente nevado sagrado de los Andes
Ausangate es una montaña de 6,384 metros que se encuentra en el departamento de Cusco y es conocida por ser una de las más veneradas en la cultura Inka. Es famosa por su diversidad de colores que, junto a la Montaña de Siete Colores (Vinicunca), crean un paisaje único en el mundo.
Asimismo, es un sitio de peregrinación anual para los que participan en el festival de Qoyllur Rit’i, una de las celebraciones religiosas más importantes de la región de Cusco. Más de 10 mil peregrinos recorren las faldas del Ausangate en honor a los apus pidiendo prosperidad y protección.
Los montañistas que llegan a esta maravilla encuentran una red de senderos rodeados de lagunas turquesas y poblados de alpacas y vicuñas que pastan en las praderas andinas, lo que la convierte en una joya geológica que vale la pena visitar.
Ruta de Anantapata, Ausangate | Fuente: Daniel Silva / PROMPERÚ
Salkantay: El gigante blanco preferido por los montañistas
Salkantay, también en Cusco, alcanza los 6,271 metros y es una de las montañas más imponentes de la región. Con sus cumbres nevadas y picos, representa un reto impresionante para escaladores y excursionistas.
Al ser una alternativa a la famosa caminata del Camino Inka hacia Machupicchu, ha ganado popularidad por su impresionante paisaje. Así, el Salkantay Trek recorre 70 kilómetros de montañas y vistas panorámicas impresionantes.
Vale mencionar que este trekking es considerado como la mejor ruta para llegar a Machupicchu por el reconocido portal de la National Geographic. Se requiere un buen estado físico y preparación para poder realizar este trayecto de la mejor manera. Así, para quienes la visitan, el Salkantay representa tanto una aventura como una oportunidad de conexión con la tierra y sus habitantes.
Vista del nevado Salkantay desde el distrito de Curahuasi | Fuente: Miguel Mejía / PROMPERÚ
Nevado Salkantay desde la localidad de Soraypampa | Fuente: Enrique Nordt / PROMPERÚ
Alpamayo: La montaña más bella del mundo
Considerada como la montaña más hermosa del planeta por la revista Alpinismus en 1966, Alpamayo se alza a 5,947 metros en la región de Áncash y, a diferencia de las otras montañas, no destaca por su altitud, sino por su forma piramidal casi perfecta, que la convierte en un ícono idóneo para los amantes de la fotografía.
De esta manera, la figura simétrica e impresionante de la montaña ha sido reconocida a nivel mundial y simboliza la belleza pura e impactante de los Andes peruanos. La escalada en Alpamayo es muy técnica y compleja, lo que la convierte en un destino reservado para montañistas con una experiencia amplia y un físico resistente.
Pastoruri y Huandoy: Dos joyas de Áncash
Huandoy es la cuarta cumbre más alta de Perú. Con una altitud de 6,395 metros sobre el nivel del mar, cuenta con una tierna leyenda que comparte con Huascarán, donde ambos, princesa y soldado, fueron convertidos en nevados por el dios de los Huaylas.
Nevado Huandoy | Fuente: Dickens Rondán / PROMPERÚ
En tanto, Pastoruri es de los nevados más conocidos de Perú. A 5,240 metros sobre el nivel del mar, es asediado por una gran cantidad de escaladores, quienes desean conquistar esta imponente montaña.
Escalada en el Nevado Pastoruri en el Parque Nacional Huascarán | Fuente: Alex Bryce / PROMPERÚ
Rajuntay: El tesoro escondido muy cerca de Lima
Esta montaña está más cerca de lo que imaginas. Con una altitud de 5,477 metros sobre el nivel del mar, puedes ser testigo de la belleza y sentir la nieve del Rajuntay a, aproximadamente, 120 kilómetros de Lima.
Y es que solo 4 horas separan a Rajuntay de la capital. Ubicado en Junín, este destino se erige como el lugar idóneo para los amantes del trekking y la fotografía. Si quieres experimentar más que una visita, no olvides visitar la laguna Pucacocha, donde podrás ver el reflejo del nevado en su espejo. ¡Increíble!
Nevado Rajuntay | Fuente: PROMPERÚ
Las montañas peruanas son más que formaciones geológicas; son guardianas de historias, espiritualidad y una belleza natural sin igual. Desde el colosal Huascarán hasta el hermoso Alpamayo, estas montañas ofrecen experiencias inolvidables para cada tipo de viajero, convirtiéndose en destinos imprescindibles para quienes buscan una conexión increíble con la naturaleza.
El Día Internacional de las Montañas tiene su origen en 1992, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. El creciente interés sobre la importancia de las montañas llevó a que la Asamblea General de la ONU declarase el 2002 como el Año Internacional de las Montañas. Fue aquí cuando esta entidad declaró el 11 de diciembre como el Día Internacional de las Montañas, a partir del año 2003.