Quinua, kiwicha y cañihua peruanas generan $4.5 millones en negocios con compradores de cinco países, destacando sabor, tradición y sostenibilidad.
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¡De la tierra al mundo! Desde las alturas de los Andes a todo el planeta. Así de lejos están llegando nuestros granos andinos, gracias al trabajo de cientos de familias que cultivan con herencia, técnicas y saberes que vienen de generaciones atrás.
En Andahuaylas, Apurímac, se vivió un encuentro que dejó huella: productores de siete regiones del país abrieron nuevas oportunidades de negocio por más de 4.5 millones de dólares con compradores de cinco países. No es solo comercio, es una muestra más de lo que Perú tiene para ofrecer al planeta: alimentos con identidad, historia y sabor real.
La quinua, la cañihua y la kiwicha fueron las grandes protagonistas. Versátiles, nutritivas, sostenibles. Cultivadas en alturas que rozan las nubes y cuidadas con manos que conocen la tierra. Su calidad no es casualidad: viene de siglos de respeto por la naturaleza y de comunidades que entienden que sembrar también es cuidar y soñar.
La quinua, por ejemplo, sigue liderando los envíos peruanos al extranjero con un crecimiento impresionante este año; la kiwicha ya viaja a destinos como Japón, Canadá o Países Bajos. Antes de cerrar los acuerdos, los compradores internacionales recorrieron los campos, conocieron a los productores, vieron el origen de todo.
Esta historia no termina aquí. Cada nuevo acuerdo abre más caminos, más oportunidades y más orgullo. ¡Perú está cada vez más firme como referente global en granos andinos!
Este impulso fue posible gracias a una gran articulación entre regiones y al trabajo conjunto de diferentes actores. Entre ellos, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo y PROMPERÚ, que siguen abriendo puertas para que nuestros productos lleguen cada vez más lejos —y con ellos, todo lo que somos.