Pachamanca a la Vermont, ¿Cómo los montes verdes de Estados Unidos inspiraron esta curiosa fusión?
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Víctor Guadalupe trabaja arduamente. Con prisa, pero con método, coloca, capa tras capa, las papas, zanahorias, habas y choclos, la carne y las humitas, una sobre otra. Entre ellas, capas de piedras separan cada ingrediente. Al final, una última capa de tierra y una cruz hecha con ramas atadas con una rama de culantro coronan el espacio, alrededor del cual un grupo de personas observa como quien sigue de cerca un partido de fútbol.
Guadalupe termina el ritual echando un chorrito de Whisky, a falta de Chicha de Jora, como pago a la Pachamama. Aunque se encuentran en Andover, en el área rural del Estado de Vermont, en Estados Unidos, la Madre Tierra es omnipresente. En una hora, aproximadamente, la Pachamanca estará lista.
Guadalupe, a sus 50 años, es el cocinero principal del restaurante Esmeralda, restaurante peruano que abrió el último fin de semana, con un concepto novedoso: preparar una Pachamanca una vez por mes para un público selecto.
Esmeralda es la iniciativa de JuanMa Calderón y María Rondeau, pareja que vive en Sommerville, Massachusetts. Allí son dueños de “Celeste”, que también sirve cocina peruana. Sin embargo, para Calderón, este nuevo proyecto es especial, pues lo conecta con su niñez y a los aromas de la cocina de su natal Chaclacayo.
Gracias a esta curiosa iniciativa, ya no solo se trata de platos peruanos, sino de una de nuestras tradiciones ancestrales, la que hoy los Yankees pueden disfrutar. El ticket de entrada cuesta $185 por persona, por un día completo del banquete de los Incas, un plato con orígenes en el Tawantinsuyo.
Conexión con los Andes
Andover es una pequeña localidad a unas dos horas y media al sur de Cambridge, en Massachusetts. La pareja cuenta que decidieron comprar ahí una casa, donde vivir por temporadas y poner un restaurante. Al llegar, Calderón cuenta que los Montes Verdes -cadena que da nombre al estado de Vermont- lo transportaron a los Andes. De allí, la idea de volver a conectarse con sus raíces más profundas se convirtió en negocio.
Dado que no sabían cómo preparar la Pachamanca , contactaron con Guadalupe, cocinero del restaurante deportivo Winners. Natural de Yantac y habiendo crecido en Huancayo, aprendió a preparar este plato a los 15 años. No preparaba una Pachamanca desde que llegó a Boston, en 2006.
Ni la distancia logra eliminar las raíces.