El arpa y el violín: la fascinante historia de los instrumentos más importantes de la música andina
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El arpa y el violín fueron traídos por los conquistadores y adaptados por los nativos peruanos de los Andes, desde Áncash hasta el sur de Cusco, y son la pareja instrumental indígena por excelencia, tanto para los huaynos como para la popular danza de las tijeras. Te contamos cómo llegaron al Perú.
El arpa andina es bastante más grande que su versión clásica y es un instrumento fundamental del patrimonio musical peruano. Junto con el violín, instrumento popularizado hacia 1537 en Italia (violino significa “viola pequeña”), forman el dúo inseparable de la música andina. Ambos instrumentos llegaron al Perú con los conquistadores y fueron rápidamente adaptados a las necesidades expresivas de las poblaciones indígenas. Hoy forman parte de nuestro patrimonio cultural.
De este binomio, que aparece en fiestas patronales, religiosas, privadas y rituales, surgen ritmos y expresiones como el huayno y la danza de las tijeras, en las cuales el arpa proporciona la base rítmica y el violín brinda la melodía.
¿CÓMO LLEGARON EL ARPA Y EL VIOLÍN AL PERÚ?
No existe registro de instrumentos de cuerda en el Perú precolombino. Pese a que la madera y las tripas de animales pueden formar cuerdas de instrumentos (aunque se degradan con el tiempo), ninguna cerámica, tela o vestigio da muestra de ellos. Ambos, el arpa y el violín, llegaron de Europa.
Con la Conquista, los europeos no solo trajeron sus animales, comidas y herramientas; también trajeron su cultura. En España, particularmente, instrumentos como el arpa, la cítara y el laúd eran populares entre los juglares. De la misma manera, la música eclesiástica, que disfrutaban las clases más altas, estaba dominada por los conjuntos de cuerdas, sobre todo por el violín. Todos estos instrumentos eran suficientemente portátiles como para viajar fácilmente por el océano hasta el Perú.
En tierras peruanas, el arpa y el violín se convirtieron en instrumentos principalmente indígenas, sobre todo en la sierra, donde los violinistas fueron indios y no mestizos. El laúd y la cítara evolucionaron, en España y en el Perú, hasta convertirse en la popular guitarra, que, al fusionarse con el cajón, formaron el dúo inseparable de la cultura criolla. Pero esa es otra historia.
¿POR QUÉ EL ARPA Y EL VIOLÍN?
Es probable que muchos piensen que los instrumentos indígenas por excelencia son la quena, el charango, la tinya y la zampoña, pero no es así. Los historiadores sostienen que, una vez establecida la Colonia, los indios captados por los curas aprendieron a tocar el arpa y el violín para los cultos religiosos. Por supuesto, la cultura nativa los interiorizó hasta expresar de la manera más sentida, más auténtica, sus propios sentimientos e historias.
El violín, en particular, es un instrumento muy complejo y difícil de tocar. Así como en la guitarra el traste da la nota y en el arpa cada cuerda es una nota, en el violín se debe colocar el dedo en el punto exacto, pues de lo contrario desafina o suena estridente. Esta aparente desventaja ha generado, sin embargo, expresiones únicas en la música peruana.
En el centro del Perú, por ejemplo, el arpa y el violín son parte de la Orquesta Huanca del Centro, una banda que ha experimentado mucho con estos sonidos. Al pasar de la muliza (un género musical tradicional de Cerro de Pasco) al huayno, los violines se quedan haciendo divagaciones por rutas melódicas rarísimas y el arpa no puede seguirlos. Pero luego, en el huayno, se encuentran con toda la orquesta.
Así, el arpa y el violín han logrado expresar tan bien el sentimiento de la música andina y hoy son inseparables en la cultura peruana, 500 años después de llegar a nuestras tierras.
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