El Diario de Lima: dos siglos de historia de la prensa en el Perú
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El Diario de Lima, publicado desde 1790, fue el primero en imprimirse en el Perú. Su fundador, Jaime Bausate y Meza, es considerado hoy uno de los pioneros del periodismo peruano.
¿Sabes cuál fue el primer diario que se publicó en nuestro país? Se trata del Diario de Lima, fundado en 1790 por el escritor Francisco Antonio Evaristo Cabello y Mesa, mejor conocido por su seudónimo Jaime Bausate y Meza. Su primera edición se publicó un 1 de octubre, la fecha en la que hoy celebramos el Día del Periodista.
Antes de él, existieron otros periódicos en el territorio peruano, pero ninguno con la consistencia real de un diario. El más importante de ellos fue la Gaceta de Lima, de periodicidad siempre muy irregular. “Cambiaron los autores y hubo interrupciones (en especial una, que se prolongó 25 años, en la segunda mitad del siglo XVIII), pero se editó de 1743 a 1821”, explica el investigador francés Jean-Pierre Clément en su ensayo “Aproximación al Diario de Lima (1790-1793) y a Jaime Bausate y Mesa, su autor”.
Tal como era costumbre en aquella época, el Diario de Lima apareció como un “prospecto”. Este “prospecto” era una suerte de “preperiódico” en el que los autores exponían al público las características esenciales de su futura publicación. El diario solo era lanzado si este anuncio tenía éxito entre los lectores. Afortunadamente, el recibimiento fue el suficiente para que hoy recordemos a su editor y fundador como uno de los padres del periodismo peruano.
Sin embargo, Jaime Bausate y Meza no nació en el Perú. Su lugar de origen es Extremadura en España. Nació en 1765 y estudió Filosofía y Derecho en las universidades de Toledo y Salamanca. Llegó a Lima en 1790, donde descubrió que “aun habiendo muchos sabios y doctores en toda materia, permanecían en una inacción letárgica, sin que ninguno se arrestase a publicar una obra periódica que los inquietase y pusiese en movimiento”.
El contenido del Diario de Lima tuvo buen recibimiento e incluso el virrey de la época, Francisco Gil de Taboada, lo mencionó en un informe enviado a la Corona española, en el que destacaba los contenidos “de educación, noticias curiosas y divertidas con otros monumentos inéditos, dando todo materia a instrucción, ocupación honesta y giro doméstico de los ciudadanos. En él se manifestaban las compras, ventas, alquileres, pérdidas y otras cosas que facilitaban los auxilios que por falta de noticia no disfrutaban”.
El número usual de páginas del diario era de 4, pero en días especiales podía duplicarse. Al inicio la tarifa para suscribirse era de 15 pesos. Sin embargo, se decidió reducirla a 12 pesos para atraer a más suscriptores. Si bien su nombre estaba asociado a la capital y contaba con un reparto que dejaba los ejemplares a domicilio a las 9 a.m., también podía ser comprado en librerías del Callao, Cusco, Ica, Ayacucho, Moquegua, Pasco, Tacna, Trujillo e incluso el Alto Perú (hoy Bolivia), adonde llegaba con un día de retraso. Pese a que dejó de imprimirse en 1793, sigue siendo recordado como una de las publicaciones más importantes de la historia del Perú.