Cajón peruano: historia e importancia de uno de los instrumentos que más sorprende al mundo
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¿Qué es cajón peruano y cuál fue su origen? Conoce su historia y por qué es tan relevante en la música peruana.
Su majestad, el cajón. Ese es el título que el célebre decimista Nicomedes Santa Cruz le dio a este instrumento musical, cuya melodía se convirtió en el mayor aliciente para los cientos de esclavos africanos que llegaron a Lima durante la época de la conquista.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL CAJÓN PERUANO?
Este instrumento, hoy considerado como Patrimonio Cultural de la Nación, fue gestado a mediados del siglo XVI, como una alternativa para que los esclavos preserven sus raíces. Según cuenta la historia, al ser traídos a Lima –con el fin de servir en el hogar de los españoles y trabajar en los campos de algodón ubicados al sur de la ciudad– se les prohibió cualquier manifestación cultural de su país, como producir música con sus tradicionales tambores de cuero.
Se alejaron de este en físico, pero el ritmo, como todo lo que uno ama, lo continuaron llevando en la sangre. Fue entonces que, a modo de resiliencia, buscaron otras formas de replicar sus melodías. Y lo hicieron en cuanto objeto (que pudiera percutirse) encontraban. Fueron entonces las cajas de madera y los trozos huecos de calabazones los elegidos para animar las humildes, pero amenas, reuniones en las que grupos de africanos se juntaban para bailar, compartir y olvidar –aunque sea por unos minutos– que se encontraban en un país ajeno.
Fue recién en el siglo XIX que Porfirio Vásquez, entusiasta de la música y descendiente afroperuano, decidió darle al cajón el acabado y medida que hoy tiene: una caja de madera (se usa moheña o requia) que mide 47 cm de alto y con un agujero redondo en la parte central de uno de sus lados. Para lograr las contagiosas melodías, esta caja podía ser tocada con las palmas o con la punta de los dedos, incluso introduciendo piezas metálicas a través de la cavidad.
NUEVAS FUSIONES
Poco a poco, el cajón se integró a la creación de ritmos de la costa peruana: como el festejo y el tondero, los favoritos de las fiestas populares. También adquirió otro uso: acompañar los diez versos octosilábicos que recitaban los famosos decimistas, entre ellos, el ya mencionado Nicomedes Santa Cruz.
Muchos años más tarde, precisamente en la época de los 70, los españoles sucumbieron a su melodía, luego de oírla nada más y nada menos que en uno de sus géneros costumbristas más importantes: el flamenco.
“Hacia 1977 llegó a manos del percusionista de la banda (de Paco de Lucía) un cajón en una fiesta organizada por el embajador español en Perú. Rubem Dantas lo incorporó a la música del sexteto del guitarrista que, como marcaba la pauta, suponía incorporarlo directamente a la música del flamenco. Según comentó en una entrevista concedida a Flamenco-world.com, ‘el cajón era más sobrio para el flamenco’ que otros instrumentos de percusión que ya se habían empleado como las congas, los bongos o la batería”, narró la investigadora española Silvia Calado.
El cajón también se convirtió en una poderosa herramienta para componer emotivos y aplaudidos valses criollos. Uno de ellos: Contigo Perú, siendo Arturo El Zambo Cavero el encargado de darle sonido.
¿QUIÉN LO LLAMÓ CAJÓN PERUANO?
En los años 80, otro afrodescendiente se convertiría en uno de sus mayores difusores. Rafael Santa Cruz era su nombre. En vida, el también llamado embajador del cajón peruano recorrió el mundo instrumento en mano y en el 2008 fundó el Festival Internacional de Cajón Peruano que hoy lleva su nombre.
En 2009, Santa Cruz hizo historia al reunir a más de mil entusiastas del cajón en la Plaza de Armas de Lima y junto a ellos armó la cajoneada más grande nunca antes vista. Este hecho fue registrado en el libro de los récords Guinness.
El cajón peruano tiene su día en el calendario, su riqueza cultural es celebrada el 02 de agosto de cada año. “Cultivar el cajón es clave hoy en día, sobre todo porque este instrumento ha trascendido en otros géneros musicales, y su origen peruano hay que resaltarlo”, señala Julie Guillerot, quien ha sido parte de la organización del Día del Cajón Peruano durante muchos años.