Guanábana: 5 recetas para disfrutar de esta fruta peruana
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De textura suave y sabor dulce, así es la Guanábana. Fruto de suelo tropical –su nombre científico es Annona muricata– que en Perú es cultivado, mayormente, en las regiones de Chanchamayo, San Martín, Loreto, La Libertad y Ucayali; así como en Lima e Ica.
Presente en la era prehispánica
Estudios realizados revelan que formó parte de la alimentación de los antiguos incas.
Durante la exhumación de tumbas precolombinas encontradas en el litoral peruano se han hallado vasijas de cerámica grabadas con la forma de esta fruta.
En la cultura Chimú, por ejemplo, la guanábana está presente en la mayoría de sus piezas tradicionales.
Aporte alimenticio
El gusto por la guanábana es ancestral. En 1653, Bernabé Cobo, un ilustre cronista español, describió este insumo a la perfección. “Su carne de dentro es blanca en unas y en otras amarillas, de mucho jugo algo agrio, y sus pepitas son como de calabaza”.
Este insumo puede llegar a medir hasta 30 centímetros y pesar de 2 a 7 kilos. Su poder alimenticio es igual de generoso que su tamaño. En una ración de ella, se albergan una infinidad de beneficios para la salud.
Entre ellos, destaca su gran aporte de acetogenina –sustancia que se encuentra en las hojas del fruto– la cual ayuda a impedir el desarrollo de células tumorales y cancerígenas.
En tanto que el consumo de su pulpa ayuda a reducir los niveles de colesterol y alivia los problemas estomacales. Es tan completo que no se desperdicia ni las pepas –usadas en las comunidades nativas para tratar la parasitosis intestinal–, y mucho menos su corteza –ayuda a reducir los niveles de glucemia–.
La ingesta de guanábana es perfecta para tratar también problemas de catarro y raquitismo.
¿Cómo consumirla?
Se puede disfrutar pelada y sin pepa en cualquier momento del día. Pero si busca innovar, le compartimos algunas opciones deliciosas y prácticas para transformar la fruta en postres a pedir de boca.
Mazamorra. Pela ½ guanábana, retírale las pepas y licúala con ½ taza de azúcar y 2 latas de leche evaporada. Lleva la mezcla a una olla junto a 1 membrillo (pelado y cortado en cubos). Cocina a fuego medio. Mientras tanto, disuelve ½ taza de maicena junto a 1 taza de agua fría; cuando notes que el membrillo se pone suave, integra la maicena y deja cocinar hasta que espese.
Batido. Licúa ½ kilo de pulpa de guanábana junto a 1 taza y ½ de leche, 5 cucharadas de azúcar, jugo de un limón y hielo al gusto. Listo, a disfrutar. Ideal para iniciar el día con energía.
Helado. Lleva a la licuadora 1 taza de pulpa sin semillas, 1 taza de leche evaporada, 1 taza de leche condensada, ½ cdta. de extracto de vainilla, ½ pisca de sal. Licúa todo. Coloca la mezcla en moldes y déjala en el congelador hasta que tengan consistencia.
Pudín de guanábana con chía. Pon a licuar 2 tazas de fruta sin semilla con 3 cucharadas de miel de agave, y medio puñado de semillas de vainilla. Añade 1/3 de taza de agua y continúa procesando hasta que todos los insumos se hayan convertido en una mezcla consistente y homogénea. Trasládalo a un tazón e integra 4 cucharadas de semillas de chía. Revuelve todo. Pon a refrigerar el recipiente y al cabo de dos horas, retíralo. Decora con almendras tostadas.
Mousse con lavanda. En primer lugar, vierte un sobre de gelatina en un recipiente para postre y ponla a hidratar con ½ taza de agua tibia. Mientras tanto, licua 1 taza de pulpa de guanábana con ½ taza de azúcar y 1 taza de leche. Después, añade la gelatina junto a 10 flores de lavanda troceadas y finalmente cubre todo con 1 taza de crema batida. Coloca en moldes y luego llévalos al refrigerador hasta que cuajen. Quita el molde, decora y sirve.
Fuente: About Español/ EsSalud/ Nestlé/ Vix/ Cocina Fácil.