Sacha inchi: la planta peruana de los mil y un beneficios
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Cuando los hermanos Zañartu –en un muy conocido vals suyo– se refirieron al Perú como un lugar de fértiles tierras, no se equivocaron. Sobre los suelos peruanos crece una innumerable variedad de granos, frutos y vegetales que en el pasado fueron la principal fuente de alimentación de los incas y hoy no solo se lucen en la mesa, sino que también se hacen presentes en los mercados de diferentes partes del mundo.
Sacha inchi, el grano de oro
Dentro de esta atractiva lista de alimentos se encuentran los poderosos granos del sacha inchi, o también conocido como maní de los incas, ya que, según estudios, se han encontrado rastros de su cultivo que datan de hace más de 3000 años. De nombre científico Plukenetia volubilis, este superfood peruano –que crece principalmente en las regiones de Amazonas, San Martín, Huánuco, Ayacucho y Junín– salta a la vista por su apariencia: corrugado y de color marrón oscuro.
Pequeño de tamaño, pero grande en sus cualidades nutricionales, el sancha inchi es aclamado, principalmente, por la medicina natural gracias a sus múltiples beneficios para el cuerpo humano. Los granos, en su versión originaria, pueden encontrarse según su disponibilidad estacionaria desde noviembre hasta mayo. También se encuentra a la venta en aceite, harina gelatinizada y suplementos alimenticios. El mundo de la belleza no es esquivo a sus beneficios, por ello es fácil encontrarlo también en productos del cuidado de la piel.
Beneficios
Según el Seguro Social de Salud (EsSalud), el sacha inchi “cuenta con un 93.6 % de proteínas y aminoácidos esenciales, los cuales no son producidos por el cuerpo y que deben ser consumidos para mantener un buen estado de salud”.
Un grano de este superalimento es poseedor de una alta dosis de omega 2,6 y 9 que ayuda a controlar (y prevenir) problemas cardiacos, mejora las funciones del cerebro y estimula la formación de células nuevas, disminuye el riesgo de padecer una enfermad oncológica (principalmente el cáncer de colón, próstata y mama) y disminuye los niveles de colesterol en el organismo.
A esta esta gama de beneficios se suma su aporte al tratamiento del hígado graso y del colon irritable.
Además, es un rico antioxidante que protege a las células de la piel de daños provocados por los radicales libres, presentes en los rayos ultravioleta. Además, refuerza el sistema inmunológico del consumidor, lo cual evita que contraiga alguna enfermedad viral.
El sacha inchi goza de la presencia de vitamina E, que cumple la función de dilatar los vasos sanguíneos, lo que previene algún problema arterial. Además, este nutriente es ideal para restaurar y mantener una óptima apariencia, desde la raíz hasta la punta del cabello. Asimismo, mantiene la piel sana e hidratada (por ello, es ideal para quienes sufren de afecciones dermatológicas como sensibilidad o resequedad).
La vitamina A se encarga de mejorar la visión y la vitamina D, responsable de estimular (y fortalecer) la formación de los huesos (de este modo previene enfermedades como la osteoporosis y el raquitismo) y del sistema nervioso, también están presentes dentro de estos granos.
A este abanico de bondades no podía faltar la fibra, nutriente que brinda al organismo una sensación de saciedad (por ello, es muy usada en las dietas para bajar de peso) y regula el buen funcionamiento del sistema digestivo.
¿Cómo consumirlo?
EsSalud aconseja a los usuarios comerlo de manera frecuente. Si se opta por su presentación en aceite, lo ideal es consumirlo en una cuchara de sopa, durante el almuerzo, y en las ensaladas. Ahora bien, si se decide probar en forma de semillas, estas deben estar tostadas. La idea es ingerir de 7 a 10 granos al día.
Fuentes: EsSalud/ Correo/ Indecopi / Revista Hola/ Biblioteca de Medicina de los EE. UU.
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