León XIV: El papa que lleva a Chiclayo en el corazón
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“Quiero enviarle un saludo a mi querida diócesis de Chiclayo”, dijo ayer el papa León XIV desde el balcón del Vaticano, emocionando a miles de peruanos que lo recuerdan no solo como obispo, sino como amigo, comprometido y enraizado en la vida del norte peruano.
Nacido en Estados Unidos, Robert Prevost llegó a Perú en 1985 como misionero agustino. Su labor lo llevó a Chulucanas y Trujillo, en La Libertad, pero fue en Chiclayo donde consolidó su vínculo con nuestro país. En 2014, asumió como administrador apostólico y, al año siguiente, recibió la nacionalidad peruana. Su trabajo se centró en las comunidades más necesitadas, promoviendo programas contra la desnutrición infantil y defendiendo los derechos humanos.
Durante su tiempo en Chiclayo, visitó y dejó una marca significativa en diversos lugares; en Motupe, ante la venerada Cruz de Chalpón, pidió por la paz en Perú. En Ciudad Eten, respaldó el reconocimiento del milagro eucarístico del Divino Niño del Milagro, entregando personalmente al Vaticano más de 20 mil testimonios de fe de los devotos. Además, participó en la bendición del Altar y Sagrario de la Capilla Espíritu Santo en Lambayeque, fortaleciendo la fe de las comunidades locales.
La elección de León XIV ha generado júbilo en nuestro país, especialmente en Lambayeque, donde sus fieles lo recuerdan como un líder espiritual comprometido con la justicia y la verdad.
Desde Roma, el papa León XIV lleva consigo el cariño y las esperanzas de aquellos que lo conocieron en las calles de Chiclayo, en las festividades de Motupe, difundiendo y promoviendo nuestra riqueza cultural