Señor de los Milagros: Conoce todo sobre la devoción más grande de Lima
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En el mes de octubre se entremezcla lo antiguo y lo moderno en Lima, donde la vida diaria se detiene brevemente para dar paso a una tradición que ha perdurado por siglos.
Desde el 1 de octubre se inicia el mes nazareno en Lima. A ritmo de música criolla, la capital peruana se transforma con la celebración del Señor de los Milagros, una de las festividades religiosas más importantes del país y Patrimonio Cultural de la Nación.
La imagen de Cristo crucificado, pintada en el siglo XVI por un esclavo angoleño que fue llevado a Perú, ha sido objeto de veneración desde que sobrevivió milagrosamente a un terremoto en 1746.
Durante todo el mes de octubre, miles de fieles participan en procesiones que recorren diversas calles de Lima. El anda del Cristo de Pachacamilla, una pesada estructura de madera que sostiene la imagen sagrada, es llevada en hombros por cuadrillas de cargadores vestidos con hábitos morados, el color que caracteriza a esta festividad.
Entre sahumerios, música y gastronomía local, acompáñanos por esta ruta de tradición y devoción.
A PURA FE
Fuente: Walter Silvera / PROMPERÚ
En la devoción al Señor de los Milagros, varios roles fundamentales sostienen las tradicionales procesiones. Tenemos a los sahumadores, quienes caminan delante del anda procesional y esparcen incienso para purificar y marcar el camino que recorrerá la imagen sagrada. Con sus sahumerios, crean un ambiente de solemnidad.
La hermandad es la responsable de llevar sobre sus hombros el pesado anda que sostiene la imagen del Señor de los Milagros. Divididos en cuadrillas, cumplen su labor con profundo respeto, ya que cargar el anda es una muestra de fe y agradecimiento por los milagros recibidos. Su esfuerzo es un sacrificio que comparten con orgullo.
En tanto, los mayordomos son quienes organizan y coordinan las procesiones y demás actividades religiosas. Tienen la responsabilidad de mantener el orden, gestionar los recursos y asegurarse de que cada detalle esté a punto para que la celebración sea impecable.
Finalmente, los devotos abarcan desde aquellos que asisten fielmente a las procesiones, visten el tradicional hábito morado o blanco, hasta quienes siguen la imagen desde sus casas, encendiendo velas y rezando. Su participación incluye promesas y acciones de fe, como rezos, ayunos o asistir a las misas, como muestra de agradecimiento por las bendiciones recibidas.
UN POCO DE HISTORIA
Fuente: Walter Silvera / PROMPERÚ
El Señor de los Milagros cuenta con dos imágenes principales que son parte de su devoción. Según el historiador Rubén Vargas Ugarte, la más conocida es la imagen original pintada en una pared de adobe en 1651 por un esclavo angoleño, de nombre Pedro Dalcón, y que está ubicada en el altar mayor del Santuario de las Nazarenas. Esta imagen representa a Cristo crucificado, y es venerada por millones de fieles.
La segunda imagen, su trasunto, es la que se encuentra en el anda procesional y que se usa en las tradicionales procesiones de octubre. Data de 1687 y lleva en uno de sus lados la imagen de Cristo crucificado, mientras que en el reverso, se observa la representación de la Virgen de la Nube, reflejando la devoción mariana que también acompaña esta celebración?.
De acuerdo a Vargas Ugarte, en “Historia del Santo Cristo de los Milagros”, la hermandad del Señor de los Milagros se constituyó el 2 de noviembre de 1878, bajo la denominación de Hermandad de Cargadores y Sahumadoras del Señor de los Milagros y la integraban tanto hombres como mujeres, que además de acompañar al Señor en su recorrido anual se ayudaban mutuamente, contribuyendo con una cuota a fin de crear un fondo común.
Para el año 1911 la autoridad eclesiástica aprobó su reglamento y en 1920 la institución fue reconocida en forma oficial, con lo cual adquirió personalidad jurídica. En 1955 fue reconocida eclesiásticamente.
Actualmente, la hermandad está conformada por veinte cuadrillas de hermanos cargadores, el grupo de sahumadoras, el grupo de cantoras y la rama de hermanos honorarios. En tanto, es dirigida por el directorio general y su representante legal es el mayordomo general, nombrado por el arzobispo de Lima.
MÁS ALLÁ DE LAS PROCESIONES
Fuente: Walter Silvera / PROMPERÚ
Además de las multitudinarias procesiones, durante el mes de octubre en Lima se realizan muchas otras actividades en honor al Señor de los Milagros, que abarcan lo religioso, cultural y social. A continuación mencionaremos algunas de las más destacadas:
Misas y novenas: Si bien son cinco los días de procesión del Señor de los Milagros, en los días restantes, dentro de la iglesia de las Nazarenas, también se realizan novenas y vigilias, donde los fieles rezan en un ambiente de profunda devoción. Vale mencionar que, en octubre, la misa es celebrada casi cada hora, desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche.
Cantos religiosos: La música no falta en este mes. Aparte de las piezas ejecutadas por una banda durante las procesiones, también se destacan los cantos religiosos, interpretados por las hermanas cantoras, habiéndose hecho tradicional el “Himno al Señor de los Milagros”, compuesto en 1954 por Isabel Rodríguez Larraín.
Ofrendas y altares: En diferentes vecindarios de Lima, los fieles preparan altares y ofrendas en sus casas, calles o en pequeñas capillas improvisadas para rendir homenaje al Señor de los Milagros cuando pase por sus lares. Estos altares están adornados con flores, velas y banderas moradas, creando un ambiente de recogimiento espiritual.
EL TURRÓN, LOS ANTICUCHOS Y OTROS MANJARES
Durante el mes de octubre en Lima, las tradiciones culinarias adquieren un protagonismo especial, siendo el turrón, los anticuchos y los picarones tres de los platos más representativos.
Fuente: Shutterstock
El turrón en nuestro país tiene una historia que se remonta a la época colonial, donde una esclava morena, de nombre Josefa Marmanillo (doña Pepa), se curó de una parálisis en sus brazos tras rezarle al Señor de los Milagros.
Así, el turrón está hecho de barras de masa crujiente, bañadas en miel de frutas y decoradas con caramelos de colores. Se consume principalmente en octubre como muestra de devoción y está estrechamente vinculado con el agradecimiento por los milagros atribuidos a la imagen del Cristo de Pachacamilla?.
Fuente: Shutterstock
Los anticuchos, por su parte, son un plato tradicional que también cobra relevancia durante este mes. Estos sabrosos trozos de corazón de res, marinados y asados en brochetas, son vendidos en las calles de Lima, especialmente cerca de las procesiones.
Su aroma inunda las avenidas donde los fieles y espectadores se congregan, convirtiéndose en una experiencia gastronómica indispensable durante la celebración del Señor de los Milagros. Este plato, de origen prehispánico y adaptado con influencias africanas, es parte del legado cultural peruano.
Por último, los picarones, un postre de origen virreinal elaborado a base de harina, zapallo y camote, son el cierre perfecto para cualquier comida en octubre. Servidos con miel de chancaca, son muy populares durante las festividades.
Al igual que los anticuchos, se venden comúnmente en puestos callejeros durante las procesiones. La combinación de sabores dulces de los picarones ha hecho que este postre sea un ícono culinario no solo en octubre, sino también en otras festividades peruanas.
SOBRE EL MUSEO
Fuente: Adrián Portugal
El Museo del Señor de los Milagros, ubicado a media cuadra de la iglesia de las Nazarenas en Lima, es un espacio dedicado a preservar y difundir la historia y devoción hacia la venerada imagen del Cristo de Pachacamilla.
Este museo alberga una gran colección de objetos religiosos, así como una réplica fiel del muro original del Señor de los Milagros, que se ubica al ingresar a este recinto. Asimismo, se pueden encontrar ornamentos utilizados en las procesiones a lo largo de los años y fotografías históricas que documentan esta gran devoción. Además, los visitantes pueden conocer lo que se denomina como “la pared de las gracias recibidas”.
Las procesiones del Señor de los Milagros no solo movilizan la fe, sino también la vida en Lima. Algunas calles y avenidas principales son cerradas temporalmente para dar paso a la multitud de devotos, mientras que los comercios del Centro de Lima también se ven influenciados, ya que muchos aprovechan el aumento de visitantes para ofrecer productos relacionados con la festividad.