Revelan melodía de “El plebeyo” en la guitarra de Óscar Avilés
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“Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo el alma en que se anida mi incomparable amor… Ella de noble cuna y yo humilde plebeyo, no es distinta la sangre ni es otro el corazón. ¡Señor, por qué los seres no son de igual valor!”, reza una de las composiciones más profundas y contestatarias de su época: El plebeyo.
Esta obra maestra, cuyo artífice fue el bardo inmortal Felipe Pinglo Alva, ha sido interpretada y musicalizada por un abanico de notables exponentes de la música peruana; entre ellos, el guitarrista inmortal, don Óscar Avilés.
Un recuerdo invaluable
Acostumbrado a deleitar a su público más íntimo, su familia, don Óscar no perdía la oportunidad para, guitarra en mano, y con ese prodigioso oído musical que tenía, ejecutar un repertorio de innumerables temas que hoy figuran como emblemas de la música peruana.
En una oportunidad, cuenta su hija, la talentosa Lucy Avilés, durante una tertulia entre ambos, don Óscar interpretó en un solo de guitarra este clásico tema de Pinglo. Los acordes salieron impecables, profundos, como si el maestro reinventara la canción. Avilés, la primera guitarra del Perú, era un gran admirador de Pinglo, entre otras cosas, por el poderoso mensaje que trasmitían sus composiciones.
Este breve registro forma parte de los muchos tesoros que Lucy guarda de su padre. La artista espera, en un futuro no muy lejano, poder compartir con nosotros otras reliquias de su esfera familiar que ha guardado –y cuidado– con mucho respeto y cariño.
El plebeyo: entre el amor y el prejuicio
Esta melancólica canción es considerada uno de los valses más universales e icónicos de la música peruana. Pinglo, el prodigioso compositor, dio a conocer su tema en 1931, durante una presentación en el entonces Teatro Alfonso XIII del Callao. El vals fue interpretado por Giordano Carreño y los hermanos Alcides.
Bastó oír las primeras estrofas para que la audiencia quedara totalmente complacida y cautivada por el mensaje, profundo y contestatario.
La composición cuenta la historia de Luis Enrique, a quien todos llaman ‘El plebeyo’, un hombre de la clase obrera que anda enamorado de una atractiva damisela de alta alcurnia. Pero este amor, en vez de alcanzar un final feliz, es más bien motivo de pesar y frustración para el joven. Opacado por la brecha económica y social que lo separan de su amada, el protagonista lamenta su mala suerte y cuestiona al mismo Altísimo en una de las líneas más recordadas de la canción: “¡Señor, por qué los seres no son de igual valor!”
Según algunos apuntes históricos, el tema tiene cuatro grandes ejes: la rebeldía con la que se clama por la igualdad, la supremacía del amor por encima de cualquier estereotipo, el carácter tóxico de la desigualdad social y la necesidad de imponer la igualdad que todos los seres humanos merecen.
La melodía en su contexto
Es importante conocer que Felipe Pinglo compuso esta canción en medio de un contexto social muy convulsionado. Era la época de las grandes luchas obreras y campesinas por las mejoras salariales.
El plebeyo fue tan bien pensado y estructurado que cada una de sus estrofas calza perfectamente con el arreglo musical, de modo que logra estremecer al oyente e incita en él una actitud reflexiva.
“La tensión y el reposo en una canción se expresa, entre otros elementos, en el uso ascendente o descendente de la melodía, en el uso de ciertos intervalos o saltos melódicos En Pinglo, encontramos la coincidencia de estos saltos melódicos con la intención literaria, reforzando el sentido emotivo del texto. Cada nota musical está reforzando además un sentimiento, un sentido no musical, sino más bien emotivo. Sea para motivar en el oyente la expectativa, la capacidad reflexiva o sentimientos de angustia, sentimientos de alegría, indignación, ira o complacencia”, apuntaba Chalena Vásquez en su libro El plebeyo. Vals de Felipe Pinglo. Aproximación analítica.
Pinglo posee otros éxitos musicales de contenido similar, revolucionarios para la época. Entre ellos destacan La oración del labriego y El canillita.
El dato:
Es importante precisar que El plebeyo ostenta el título de Patrimonio Cultural de la Nación desde el 2016.
Fuentes: El Comercio/ PUCP