“Kayara”, película peruana que revaloriza a la mujer del Imperio incaico
Síguenos en:Google News
La historia del Perú dicta que las mujeres en el Imperio incaico se dedicaban, desde muy pequeñas, al arte textil y artesanal de sus comunidades. Sin embargo, es posible pensar que algunas de ellas también estuvieron involucradas en rudas labores que, en su mayoría, eran designadas a los varones, como aquellas que cumplían los antiguos mensajeros llamados chasquis.
Sobre eso trata Kayara, cinta animada peruana que pone en escena la vida de una vigorosa joven que cumple con valentía y disciplina su labor de chasqui dentro del Tahuantinsuyo.
La ambiciosa propuesta que, además de trasladar un poco del pasado al presente, revaloriza la figura femenina dentro de la organización fundada por los hijos de Wiracocha, está a cargo de Tunche Films y del director César Zelada.
La trama
Las primeras imágenes de la cinta muestran a Kayara recibiendo un quipu –sistema de códigos a través del cual los incas enviaban mensajes– y emprendiendo un intrépido camino por valles, montañas y desafiantes laderas. Siempre acompañada de su valiente amigo: un pequeño cuy. Además, los escenarios mostrados en este adelanto dejan notar que la historia se desarrolla en el Cusco, capital del Imperio incaico.
Durante su camino, Kayara demostrará sus grandes dotes para el oficio y también se encontrará con la historia de sus ancestros.
La producción tendría como objetivo llegar a las salas de cine del Perú y el resto de Latinoamérica, probablemente para el año 2023, según datos recogidos por el portal Perú Folklórico.
Es importante mencionar que César Zelada es conocido en la escena nacional por elaborar producciones animadas con esencia 100 % peruana. Cabe destacar que gestor de Ainbo, película que tiene como punto de partida los mitos amazónicos.
Desde ya, Kayara deja grandes expectativas, y no hay duda de que su estreno permitirá a los más pequeños conectar con lo impresionante que fue el pasado precolombino.
Chasquis: mensajeros del imperio
El cronista Garcilaso de la Vega describió al pie de la letra la función de los chasquis en el Imperio incaico.
"Chasqui llamaban a los correos que había puestos por los caminos para llevar con brevedad los mandatos del rey, y traer las nuevas y avisos que por sus reinos y provincias, lejos o cerca, hubiese de importancia. Llamáronlos chasqui, que quiere decir trocar, o dar y tomar, que es lo mismo, porque trocaban, daban y tomaban de uno en otro, los recaudos que llevaban. No les llamaron cacha, que quiere decir mensajeros, porque este nombre lo daban al embajador o mensajero propio que personalmente iba de un príncipe a otro, o del señor al súbito".
El trabajo de un chasqui era encomendado a jóvenes nativos, de formidable figura y que gozaban de buena salud. Ellos recorrían incasablemente las calzadas que se conectaban entre sí por todo el Tahuantinsuyo.
Su misión consistía en transportar la información enviada por el inca, y tenían dos formas de hacerlo.
A viva voz. Cada mensajero debía aprenderse al pie de la letra el recado (equivocarse podía costarles la pena de muerte), cuando llegaba a cierto punto, debía tocar su pututu (una suerte de trompeta, hecha con una caracola) para que el chasqui sucesor esté alerta. Una vez en el lugar, se compartía la información con quien tomaba la posta y así, sucesivamente, hasta llegar al destino.
La otra manera de transportar el mensaje era mediante los quipus: sistema de cuerdas de colores y con nudos, en los que se codificaban importantes mensajes, como fechas de nacimiento, de fallecimiento, cantidades de cosechas, y otros datos oficiales. Existen estudios que sugieren que eran empleados también como calendarios.
La infraestructura de los caminos por los que transitaban los chasquis tenía canales, en donde los hombres podían llenar sus cantimploras con agua y refrescarse. También contaban con árboles, de los que cogían frutos para alimentarse y recargar energías.
Fuentes: Perú Folcklórico/ La República/ National Geographic