¿Por qué el charango es tan especial en la música andina? Te lo contamos a través de Jaime Guardia
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Ya sea por el sonido agudo y armónico de sus cinco cuerdas dobles, su construcción con caparazón de quirquincho o por las sentidas canciones de su máximo exponente, Jaime Guardia, este instrumento musical típico de la música andina es muy especial. Hoy te contamos por qué y recordamos a uno de nuestros músicos ayacuchanos favoritos.
El charango es un pequeño instrumento de cinco cuerdas dobles cuya sonoridad se asocia a montañas, ríos y cielos azules. Tiene una fascinante historia y es el protagonista de huaynos, carnavales y todo tipo de sonidos de la región de los Andes, sobre todo en el Perú, pero también en Bolivia, Argentina, Ecuador y Colombia. Su máximo exponente fue Jaime Guardia, músico ayacuchano que lo popularizó y rescató con él a la música andina.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL CHARANGO?
El charango nace de la modificación de instrumentos de cuerda europeos (aún existe un debate sobre si fue de la mandolina o la vihuela) en los Andes, durante el Virreinato. De hecho, hay quienes proponen que el charango es una variante directa del timple de las islas Canarias, debido a sus similitudes: cinco cuerdas, el tamaño de la caja de resonancia y la formación de acordes en las mismas posiciones que generan sonoridades parecidas.
El propio término charango tiene su origen en las charangas españolas, que son parecidas a las tunas o comparsas. Los expertos creen que los inmigrantes canarios interpretaban su música en comparsas acompañadas de timples. Esta explicación proviene del charanguista boliviano Ariel Villazón, quien agrega que es posible que a algún constructor se le ocurriera duplicar la cantidad de cuerdas para mejorar la sonoridad del timple, cuya única diferencia sustancial con el charango es la nota mi de la cuerda central.
De lo que sí estamos seguros es de que su creación data de los años 1700, la última etapa del Virreinato. El primer registro que se tiene de su uso es de 1724. En las portadas de varias iglesias coloniales aparecen figuras del charango.
¿QUIÉN FUE JAIME GUARDIA?
El músico y cantor ayacuchano nacido en 1933 en Pausa, provincia de Páucar del Sara Sara, Ayacucho, fue uno de los más grandes impulsores de la música andina tradicional. Tocó el charango, fue cantor, compositor e investigador musical. Durante los más de 70 años que duró su carrera, fue amigo personal de José María Arguedas, que le dedicó su inolvidable novela Todas las sangres.
Pese a que en su familia había músicos importantes, no recibió apoyo de sus padres para practicar la música durante su niñez. Le decían que ese sueño no era real. Con todo, y después de probar con la quena y el charango, optó por este instrumento en 1940.
En los años 50 formó el grupo La Lira Paucina con Jacinto Pebe Pueyrredón y Luis Nakayama Acuña, con quienes grabó seis discos. También se presentó como solista en recitales y en la televisión. Colaboraron con él artistas como Manuelcha Prado, quien recuerda que Guardia “iba a buscarlo a los cerros, pampas y arenales donde tocaba, también en los coliseos”. Durante décadas, Guardia y Prado se dedicaron a ofrecer conciertos juntos, y entregaron a sus oyentes lo mejor de la música y el canto del Perú profundo.
El músico falleció a los 87 años en 2018. “El charango peruano está de luto. Mis sentidas condolencias para la familia de uno de los más grandes charanguistas del país, y quien fuera galardonado con la Orden del Sol. Descansa en paz, Jaime Guardia”, escribió la exministra de Cultura, Patricia Balbuena, en aquel momento.
¿QUÉ LE DA AL CHARANGO ESA SONORIDAD DE MÚSICA ANDINA?
La música andina no tiene una sonoridad de por sí. Lo que llamamos “música andina” es en realidad la que se desarrolló en el Virreinato y continúa hasta nuestros días. Y así como el arpa y el violín se adaptaron al sentimiento de las poblaciones andinas, el charango también lo hizo.
La riqueza de la música andina se relaciona con lo sagrado y también con la cordillera de los Andes, lo que se expresa en huaynos, huaylas, chonguinadas, carnavales, yaravíes, sicuris, qaswas y pasacalles, entre otros diversos ritmos locales. Los instrumentos no han hecho sino adaptarse a la variedad de géneros que existen, que a su vez se adecúan a los ciclos que pautan la vida social y al dualismo que ordena el espacio y los grupos sociales.
Los cambios sociales que han venido con los siglos, incluso desde antes de la etapa colonial, se han traducido en cambios culturales de manera simultánea. Por lo tanto, lo que da la sonoridad andina al charango es la propia historia y cultura de los Andes, y no al revés. Sin embargo, por su asociación con la música andina, el instrumento también jala al sonido, dado su origen andino, tanto cultural como geográficamente.
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