¿Cuáles son las cábalas peruanas para recibir el Año Nuevo?
Síguenos en:Google News
Después de la celebración de Navidad, el mes de diciembre marca en el calendario otra importante fecha: el Año Nuevo.
Cada 31 de diciembre, las peruanas y los peruanos se juntan para darle el último adiós al año que se va, entre bailes, risas y abrazos, y darle la bienvenida al año que se viene. En esta celebración, también se manifiesta la originalidad de los peruanos, quienes expresan sus mejores deseos a través de singulares ritos, a saber.
Flores exóticas y más
En Perú, el Año Nuevo se suele celebrar con cena y baile, ya sea en el propio domicilio o en algún local exterior. Pero, sea cual sea la ubicación, los peruanos recurren a diversas cábalas para asegurar un nuevo año lleno de amor, salud y, por supuesto, prosperidad.
Una de las cábalas peruanas más conocidas es el famoso baño de florecimiento. Este ritual suele realizarse en vísperas de Año Nuevo y es oficiado por un chamán, quien baña literalmente a las personas con una infusión de ramas, plantas y flores exóticas las cuales, según la creencia, limpian espiritualmente de las malas energías. El líquido purificador es roseado de pies a cabeza mientras que el curandero recita palabras que llaman a la protección y a los buenos augurios.
Finalmente, el chamán ofrece un brindis a base de extractos exóticos.
Los chamanes, personajes míticos a quienes se atribuye fuerzas sobrenaturales, también realizan el ritual de la lectura de hoja de coca.
Cuenta la historia que la hoja de coca no solo se chacchaba en los Andes para librarse del mal de altura, sino que también funcionaba como un puente entre los ancestros peruanos y la Madre Tierra. A través de la lectura de la hoja, los Incas tenían la oportunidad de consultar sobre el clima, la prosperidad de sus cosechas, e incluso sobre sucesos de su vida cotidiana.
Quienes se dedicaban a esta actividad eran los famosos Cocapirikuy, también conocidos como sacerdotes encargados de adivinar la suerte del imperio incaico. La ceremonia consistía en lanzar sobre una manta cierta cantidad de hojas de coca. La figura que formaban al caer era interpretada por estos personajes, en ellas se encontraba el futuro tanto del imperio como el de sus gobernantes.
Actualmente, sigue vigente, principalmente, en las localidades de Cusco, Ayacucho y Puno. El ritmo de la ceremonia varía mucho, dependiendo las tradiciones de los chamanes y curanderos de la zona. Entre la más destacada, el maestro inicia masticando hojas de coca y, a la vez, bebiendo un sorbo de aguardiente. En ese mismo instante, invita a su paciente a realizar la misma acción. El resto del ritual consiste en el sabor que se perciba durante el chacchado, si es dulce se continúa, pero si se siente algo amargo se recomienda no seguir.
Acto seguido, el experto enciende un cigarro e invoca a la Pachamama mientras esparce las hojas mágicas sobre su manto. Es importante resaltar que esta tradición también es compartida con los vecinos bolivianos.
La hoja de coca representa desde tiempos inmemoriales la alegría, la fecundidad, el dinero, la salud y la abundancia.
El infaltable
Por otro lado, un personaje imprescindible en las celebraciones peruanas de fin de año es el Ekeko. Una diminuta escultura con la forma de un hombre de rasgos andinos que lleva sobre su traje diversas ofrendas que corresponden a la felicidad, el éxito, el dinero y la salud.
Según los relatos orales, representaría al hijo de dos príncipes que vivían en el altiplano. Estremecido por las carencias de algunos moradores, este personaje no dudaba en compartir con quienes más lo necesitaban.
Para que surja la magia, el Ekeko no debe ser comprado por uno mismo. Al contrario, debe ser obsequiado. Acto seguido, para pedirle el tan anhelado favor, su nuevo dueño debe colocarle un cigarro en la boca y fumar con él hasta que este se consuma. Se cree que, de haber aceptado la petición, éste botará humo de su cigarrillo.
Cábalas modernas
Saltemos de la tradición a los tiempos actuales. Hoy en día, existen propuestas más atrevidas y desenfadadas para recibir el Año Nuevo. Una de ellas es el intercambio de ropa interior.
Cada 31 de diciembre en Perú, es costumbre que entre amigos y familiares se regalen trusas de un determinado color, el cual suele ser amarillo porque se le considera símbolo de buena suerte.
No obstante, hay colores para todos los gustos. Quienes deseen tener la billetera llena durante el próximo año, suelen pedir una prenda de color verde, la cual simboliza la abundancia. Por otra parte, si alguien exige una prenda de color rojo es porque desea encontrar a su ser amado muy pronto.
Se podría decir que este curioso ritual de las prendas interiores es uno de los favoritos en Perú, dada la altísima demanda de esta ropa en los días previos a la festividad.
Por último, tenemos el ritual de las doce uvas.
Según la costumbre, luego del brindis de Año Nuevo, cada quien deberá comer doce uvas, que simbolizan las doce campanadas que suenan a la media noche, si quiere tener buena suerte los próximos 365 días.
Las uvas se comen de una en una y a cada bocado se debe pedir un deseo con todo el corazón.
No olvidemos que los deseos son una fuerza poderosa. Así que nunca dejemos de soñar.
¡Feliz año nuevo!
Fuentes: Red Bus/ Radio Nacional
Lo más reciente