Saborea la emblemática Papa a la huancaína
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El Perú produce una impresionante variedad de papa que enriquece de manera sublime su gastronomía. Son 3500 especies que sirven de inspiración para preparar apetitosos platillos típicos de cada región.
En los Andes centrales, la papa, tubérculo milenario, ha dado origen a una entrada espectacular que resume la inventiva de los cocineros peruanos a lo largo de la historia. Nos referimos a la Papa a la huancaína.
Se trata de un plato sencillo que confirma la teoría del minimalismo culinario: es básicamente papa cocida, bañada en una exquisita crema de ají y queso. No obstante, probar este invento te dejará extasiado.
¿Cómo surgió?
Existen algunas teorías en torno a la creación de este platillo (ya el nombre aporta pistas al respecto). Según la historia, salió a la luz en el siglo XlX, precisamente durante la construcción del Ferrocarril Central, el cual tenía como destino la ciudad de Huancayo.
Decenas de obreros e ingenieros se dedicaban en cuerpo y alma a levantar esta obra, que significaba un importante progreso para la época.
Un grupo de mujeres de la zona de Junín, conmovidas por el esfuerzo de aquellos hombres, se organizaron para abastecerlos de alimentos. Entre los insumos nativos, escogieron y combinaron papa, rocoto y ají. El invento enamoró a los comensales.
Otra versión sobre el origen de este plato es atribuida al obispo de Huánuco, Rubén de Berroa. El religioso sostenía que la autora era una mujer de nombre Paguantanta, dotada de unas prodigiosas manos para la gastronomía. Ella habría creado la salsa que acompaña a las suculentas papas sancochadas.
Paguantanta decidió vender su creación a los pasajeros que viajaban en el ferrocarril con dirección a Huancayo. La presentación no tardó en hacerse popular entre los viajeros, quienes la bautizaron con el nombre de ‘Salsa de la huancaína’.
Existe otro relato que también ubica el origen de la Papa a la huancaína en el departamento de Junín. Su creador habría sido un hombre que compraba papa en el Valle del Mantaro (Huancayo). De ahí la denominación de ‘Papa a la huancaína’.
Lo cierto es que inicialmente, la salsa llevaba rocoto. Posteriormente, el rocoto fue reemplazado por ají amarillo.
La receta
Una ración de Papa a la huancaína puede ser la entrada perfecta para un sabroso almuerzo criollo. Combina a la perfección, por ejemplo, con los Tallarines rojos (versión peruana del Fetuccini a la boloñesa) y con el Arroz con pollo. Si a lo anterior, le agregamos Cebiche, Chanfainita, Cau cau y un poco de Ocopa, tendremos frente a nosotros otra creación peruana de la cual hablaremos en otro momento: el popular ‘Siete colores’.
Aquí te compartimos una receta rápida y sencilla para que tu Papa a la huancaína te quede a pedir de boca.
En primer lugar, debes lavar, pelar y desvenar tres ajíes amarillos sin pepa. Después, trasládalos a una sartén (previamente aceitada) junto a un diente de ajo pelado y picado. Saltea todo durante unos minutos y luego lleva todos los insumos a un batán (de no contar con uno, emplea tu licuadora).
Muele (o licúa) los elementos, añade dos ajíes más (picados y sin venas) y una taza de queso fresco salado. Fusiona todo en la licuadora (o sigue moliendo); para terminar de cuajar la mezcla, agrega, de poco en poco, chorritos de aceite y de leche.
Continua licuando hasta notar que se consiguió una mezcla totalmente homogénea.
Posteriormente, lleva 1 kilo de papa (puede ser la amarilla o la blanca) a una olla con agua y sal, para que se cocinen (ojo, no deben deshacerse). Déjalas en el fuego por unos diez minutos.
Cuando estén listas, sácalas del agua y déjalas enfriar. Luego pélalas y córtalas en rodajas. Finalmente, cúbrelas con una sábana de salsa y adorna la presentación con huevo duro, aceituna y una hoja de lechuga.
Sí, se vale repetir.
Fuentes: RPP/ Red Bus/ Andina